Abrir o Morir: algunos restuarantes en CDMX reabrieron servicio en mesa sin permiso como protesta ante la falta de apoyos en la industria.
Después de que el pasado jueves 7 de enero, un grupo de alrededor de 600 restaurantes de CDMX y Edomex lanzara “Abrir o Morir” (una campaña de protesta contra el gobierno capitalino y sus casi nulos apoyos a la industria, validada por Canirac), muchos restaurantes chilangos anunciaron que reabrirían su servicio completo este 11 de enero, pese al semáforo rojo y a las sanciones del gobierno.
Ciertos restaurantes solo firmaron la petición (que exige, sobre todo, que los restaurantes sean considerados “actividad esencial”), y continuaron solo con servicio para llevar o a domicilio. Sin embargo, otros restaurantes sí abrieron su servicio en mesa, pese a tener la restricción del semáforo rojo. Nos dimos una vuelta para ver qué pasó con los restaurantes que abrieron este lunes 11 de enero.
Abrir o Morir: un grito de auxilio
Alam Méndez, chef de Pasillo de Humo, contó a Chilango que la decisión de reabrir el restaurante apela a un “acto de supervivencia y no de desobediencia”.
La situación no es fácil. La industria restaurantera es una de las principales generadoras de empleo en el país y está enfrentado la peor de sus crisis (desde el inicio de la pandemia, en la Zona Metropolitana del Valle de México se han cerrado 13,500 establecimientos), mientras la CDMX lucha por mitigar los contagios de covid-19 con los hospitales saturados y el oxígeno escaso. Por otro lado, estudios recientes revelan que el riesgo de contagio en espaciossin terraza o espacio abierto, es más fácil y rápido de lo que se creía.
Lo restaurantes pueden operar con servicio para llevar o a domicilio; sin embargo, para la mayoría de restaurantes, la venta a domicilio no alcanza a cubrir sus cuentas.
El chef Alam Méndez hace hincapié en que, de permanecer cerrados hasta que el semáforo cambie de color, tendrán que cerrar definitivamente. Los cierres anteriores obligaron a que Pasillo de Humo redujera al 40 por ciento su plantilla laboral. Actualmente, 29 personas dependen de los ingresos que genera el restaurante.
Guillermo Iglesias, dueño de In Pietra, un restaurante italiano ubicado en la colonia Nápoles, también apoya la reapertura sin permiso: “El querer abrir es ser responsable y cuidar a los demás, no solo abrir por abrir —dijo a Chilango—. De no abrir, “empezaríamos a recortar sueldos, descansar más gente sin gozo de sueldo, acortar horario, ver posible traspaso porque no tiene sentido seguir sangrando el lugar sin tener una mínima ganancia”.
Por otro lado, Fisher’s anunció la reapertura de algunas de sus sucursales y que buscarán amparos para poder operar, así lo dijo Manolo Ablanedo, director de marketing de Grupo Fisher’s, en una entrevista con W Radio: “Hemos cumplido con todo lo que han dicho la jefa de Gobierno y el gobernador del Estado de México y ellos dijeron que el 11 de enero abríamos; está muy claro: abrir o morir. Si no llegamos a un diálogo o algo, no solo no abriremos este lunes sino que no volveremos a abrir”.